viernes, 21 de noviembre de 2008

Salta, Africa, China

Algunos lectores de este blogg se han sorprendido por las referencias a China y África incluidas en mi columna de ayer.

Mi sugerencia de que las universidades creen cátedras y otorguen becas para potenciar nuestras relaciones con los países africanos, tiene que ver con estudios prospectivos que ven en ese continente un importante cliente para los alimentos que produce Salta. Un cliente, pero también un competir a poco que las tierras fértiles africanas entren en producción.

La referencia a China es casi obvia. Los chinos compran directamente cerca del 6% de nuestra producción exportable, e indirectamente un porcentaje parecido. Se han interesado en nuestro tabaco y son consumidores potenciales de ingentes cantidades de alimentos salteños.

Nuestro Gobierno debería sumarse al esfuerzo que estén dispuestas a hacer nuestras universidades y, además, aprovechar los conocimientos y contactos de los pocos pero inteligentes salteños que viven en el gigante asiático.

Pero hay una segunda razón que explica mi referencia a China.

Frente a la crisis global, el gobierno chino ha tomado un camino algo diferente al que recorren las economías occidentales mas desarrolladas. Mientras estas ponen énfasis en impulsar el consumo de las familias, los chinos añaden a su política una fuerte inversión pública en infraestructura. Lo hacen, pensando en el día después.

Salta, en vez del subsidio fácil que, además, infecciona el sistema político, debería destinar recursos propios y los que logremos recuperar de la Nación, para mejorar nuestra infraestructura productiva (el ferrocarril es la prioridad) y nuestra paupérrima red de protección social.

Comenzando por reconstruir los “asentamientos” y las villas donde se hacinan los indigentes, optando por un keynesianismo inteligente y desechando las medidas clientelares.

(Para FM Aries)

jueves, 20 de noviembre de 2008

Libertad sindical

La sentencia de la Corte Suprema que abre las puertas a la libertad sindical producirá grandes transformaciones en las relaciones obrero-patronales. Los vetustos dirigentes sindicales argentinos han escuchado el "ruido de rotas cadenas" y parecen presos de la furia y del espanto.

En realidad, cuales sean el sentido y la finalidad de estos cambios dependerá de la voluntad de los trabajadores liberados del corsé que significaba el monopolio sindical.

Serán ellos quienes decidan si quieren que haya más o menos pluralidad sindical. Y habrán de decidirlo teniendo en cuenta la trayectoria de los sindicatos tradicionales.

Allí donde los trabajadores se sientan bien representados, los cambios serán mínimos. Pero ellos se encargarán de liquidar conducciones hereditarias, corruptas o ineficaces.

Cualquier trabajador puede ahora instar la celebración de elecciones en su centro de trabajo para elegir delegados de personal, sin esperar el visto bueno del sindicato. Tampoco la conformidad de la empresa.

En este sentido, el tránsito hacia un sistema con eje en la libertad sindical, plantea varios desafíos a las empresas, comenzando por la necesidad de dejar de lado conductas autoritarias y trapicheos con malos dirigentes sindicales.

En Salta, sobre todo en el sector público, hay muchos ámbitos donde compiten varias opciones sindicales diferentes.

Pues bien, las fracciones hasta hoy excluidas de los centros de decisión del sindicato con personería gremial, podrán medir su representatividad convocando elecciones a delegados sin tener que recurrir a la huelga para echar un pulso al sindicato oficial.

Aunque nada vaya a cambiar de la noche a la mañana y por mucha que sea la resistencia del sindicalismo tradicional, la Corte inauguró una nueva era. Como en su día lo hizo nuestro comprovinciano Indalecio Gómez con la llamada Ley Sáenz Peña que inauguró la democracia en la Argentina.

(Para FM Aries)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Educación, integración y producción

Poner la educación al servicio de la integración social y de la producción es un desafío estratégico para los salteños.

En este terreno, en el de la educación, las cosas no van bien.

Mas allá de que los recursos públicos sean o no bastantes, es evidente que las prestaciones educativas dejan mucho que desear tanto desde el punto de vista de la cantidad como de la calidad. De las formas como de los contenidos.

Cualquiera que se detenga a analizar la evolución de nuestra estructura social y de nuestros barrios, advertirá que estamos retrocediendo a una situación de marginalidad similar a la de muchos suburbios de Buenos Aires.

Ayer, en un zaguán céntrico, tres changuitos se drogaban. Pensé en nuestras carencias (la escuela, los servicios municipales de ayuda), y no en la policía.

Si nada hacemos, pronto surgirán voces reclamando rebajar la edad penal y criminalizando la pobreza.

Los actores del proceso educativo (gobernantes, sindicalistas, docentes, padres, alumnos y expertos) deberían comprometerse en la transformación de la educación pública y privada, para ponerla en sintonía con nuestras necesidades concretas.

Vale decir, para convertirla en una herramienta de integración social: ampliando la cantidad de horas, reformando los contenidos, reforzando las actividades complementarias que tienen como centro a la escuela.

Los vínculos entre educación y producción no son buenos.

Colegios y universidades deberían tender puentes con nuestros motores económicos para vincular educación y trabajo, reforzando los planes relacionados con el ferrocarril, la agricultura, el turismo, la minería y con sus servicios auxiliares. Y, como no, crear cátedras y becas para vincularnos con China y con África.

(Para FM Aries)

martes, 18 de noviembre de 2008

¿Podemos los salteños?

Barak OBAMA, el electo Presidente de los Estados Unidos, movilizó a la mayoría de sus compatriotas apoyándose en el título de una canción: “Si, se puede”.

¿Podemos también los salteños?

“Todo un tema” como vulgarmente dicen algunos comentaristas porteños.

Podremos, si nuestros líderes de todos los ámbitos y colores se ponen a la tarea, dejándose de zarandajas y operías.

Si nuestros trabajadores y empresarios, nuestros intelectuales y comunicadores, se sienten capaces, se informan adecuadamente y, sobre todo, si encontramos los consensos imprescindibles.

Hay que reconocer, por encima de especulaciones menores, que Salta avanzó notablemente en los 25 años de democracia, construyendo tres poderosos motores económicos: turismo, agricultura y minería.

Sin embargo, para que la salida de esta crisis mundial nos encuentre en las mejores condiciones para aprovechar el nuevo ciclo económico, tenemos mucho por hacer.

Deberíamos comenzar a hacerlo hoy mismo, construyendo varios pactos:

Uno, para unir la agricultura y la minería con el ferrocarril y con los equilibrios medioambientales básicos.

Otro, para poner a la educación al servicio de la integración social y de la producción.

Un tercero para recuperar competencias y recursos económicos que hoy detenta el Gobierno Nacional en desmedro del federalismo.

Y, como no, uno para reformar las instituciones, dando más presencia a las minorías y creando instancias efectivas de control del poder.

(Para FM Aries)

lunes, 17 de noviembre de 2008

Los niños y la propaganda política

Mezclar a los niños en las luchas políticas, como sucede cuando gobernantes y candidatos hacen de Papá Noel en barrios o escuelas, es una práctica antidemocrática.

Pero lo es aún mas la pretensión de manipular, desde el Estado, sus conciencias con la propaganda o digitando los contenidos educativos.

Lo han hecho y lo hacen todos los totalitarismos del mundo.

En los años 50, mi incipiente e infantil peronismo disfrutaba y se consolidaba con la lectura semanal de la “Razón de mi Vida”, aquel libro que recoge sentimientos y consignas de doña María Eva Duarte de Perón, y que era distribuido gratuitamente en escuelas, talleres y oficinas.

Sin embargo, aquel goce tribal se sorprendía y ensombrecía con los padecimientos de mis condiscípulos de familia antiperonista.

Pero abandono el pasado para trasladarme al azaroso presente.

El actual gobierno tuvo, como se sabe, un comienzo desafortunado a raíz de los famosos kits escolares que beatíficos funcionarios entregaban a santos inocentes, y del no menos famoso libro que reconocía la soberanía inglesa sobre las Islas Malvinas.

Pues bien, el Gobierno que preside don Juan Manuel Urtubey ha decidido reincidir la idea, dictando el Decreto 4472 que intenta mejorar lo inmejorable.

Antes de ir al fondo del asunto, advierto en el preámbulo del Decreto una idea casi mayestática. Me refiero a la frase “El Gobierno instituye como política de Estado”. Una frase inexacta en tanto se aplica a una medida unilateral adoptada sin el consenso de otros actores.

Pero mi preocupación está centrada en la decisión de seleccionar libros escolares que, por encima de intenciones, implica la selección de contenidos. Vale decir, de las ideas, los relatos, los valores y las opciones ideológicas que, por la vía de la donación de textos, terminarán imponiéndose a los alumnos.

Por aséptico que fuera el accionar del “Consejo Asesor Honorario para la Selección de libros de texto del sistema educativo provincial”, la selección de libros incluirá y excluirá, aceptará y rechazará, construirá listas blancas y negras.

Listas que muchos autores y editores tendrán en cuenta a la hora de producir libros procurando que resulten elegibles y gratos al Consejo Asesor y a sus superiores.

Quiérase o no, este Consejo -de nombre pomposo y orweliano- controlará ideas.

Si el Gobierno no desea hacerlo y pretende simplemente otorgar un ayuda económica a los niños, bastará con un vale canjeable en las librerías por el texto que el maestro o la maestra, siguiendo normas pedagógicas y respetando el pluralismo, sugiera.

(Para FM Aries)

domingo, 16 de noviembre de 2008

Boletin Oficial Incompleto

La publicidad de los actos del Estado integra el contendido esencial de la forma republicana de gobierno.

Nuestra Constitución Provincial, en sintonía con esto, manda que la Administración Pública, sus funcionarios y agentes actúen de acuerdo al principio de publicidad de normas y actos.

Los registros oficiales y, esencialmente, el Boletín Oficial son los instrumentos a través de los cuales se hace realidad este principio.

Aun con la carga de ficción que encierra la presunción de que lo publicado en la gaceta oficial se entiende conocido por todos, la adecuada inserción de leyes, decretos, resoluciones y demás anuncios oficiales en el Boletín es la línea que separa a una democracia transparente de un régimen opaco.

Durante el mandato de don Juan Manuel Urtubey se han registrado algunos avances en esta materia: Mejoró el servicio que el Boletín Oficial brinda a través de su página Web, ampliándose el acceso gratuito a la misma.

Sin embargo los modos de publicar las disposiciones oficiales no se han modificado y arrastran resabios de antiguos tiempos donde la cosa pública era asunto de unos cuantos.

Me refiero, concretamente, a la costumbre de publicar los decretos y resoluciones de un modo parcial e incompleto, apelando al antidemocrático recurso de ocultar los anexos que integran la norma publicada.

Cuando el Gobierno (este y los anteriores) celebra contratos de consultoría, por ejemplo, es imposible conocer sus términos de referencia, los honorarios fijados, la naturaleza de los servicios que se contratan, el plazo de duración de la encomienda, etc.

Por la sencilla razón de que esto figura en un Anexo que no se publica y que quién se interese debe gestionar en las oficinas del Boletín.

Cuando el Gobierno (este y los anteriores) contrata los servicios de personas, suele ocurrir que la parte publicada indica el nombre de uno solo de los contratados y reserva para el Anexo el listado completo, omitiéndose todos los detalles del negocio jurídico celebrado por el Estado.

El argumento de que la publicación de los anexos encarece los costos, debe descartarse de plano por contrario a las garantías republicanas. Sin olvidar que la inserción en la Web tiene un costo irrelevante.

La lectura cotidiana de nuestro Boletín Oficial me ha deparado dos sorpresas: La discrecionalidad con la que el gobierno continúa contratando personas y servicios de todo tipo sin necesidad de concurso alguno. Y, como no, la pasividad de los colegios profesionales frente a esta discrecionalidad cuando se trata de la contratación de colegiados.

(Para FM Aries)